Preparación:

En un bol grande volcamos 800 gr. de harina. Hacemos un agujero en el centro y echamos la levadura disuelta previamente en el agua templada.

Con una cuchara de madera vamos mezclando poco a poco de dentro hacia afuera.

Añadimos el aceite de oliva y la sal ( procurad que la sal y la levadura no entren en contacto para que no se rompa el proceso de fermentación) y seguimos moviendo.

Ahora prepararemos la superficie donde vayamos a trabajar la masa, yo esparzo harina por la encimera de la cocina, sacamos la masa del bol y empezamos a trabajarla. Para que quede fina y elástica la retorceremos en espiral y la estiraremos varias veces alternando con periodos de amasado durante unos 10 minutos.

Iremos añadiendo la harina sobrante poco a poco hasta que la masa no se nos pegue a las manos pero sin abusar ehh!!

Una vez lista la masa la volveremos a meter en el bol anterior que pintaremos con aceite de oliva y  la cubrimos con un trapo de algodón durante aproximadamente 1 hora.

La masa estará lista cuando la apretemos con un dedo y vuelva a su posición original.

Y ya sólo nos queda decorar al gusto y disfrutad de una fantástica pizza casera!!

Masa número 2 ( para 2 pizzas)

• 250 gr. de harina de fuerza.
• 125 gr. de agua tibia.
• 1 pizca de sal.
• 50 ml de aceite de oliva.
• 15 gr. ( 1/2 taquito de la fresca) o una cucharadita y media de levadura de panadería.

Disolvemos la levadura en el agua y procedemos del mismo modo que en la receta anterior.

Esta masa es más elástica y fina, por lo tanto al hornear quedará mas crijiente.

Masa número 3. ( Para 2 pizzas pequeñas)

• 160 gr.de harina de fuerza.
• 100 ml. de agua templada.
• Una cucharada de café de sal fina.
• 20 ml de aceite de oliva.
• 6-7 gr de levadura de panadería.

Exactamente igual que el resto.

Masa número 4 ( para dos bases de pizzas grandes):

• 300 gr. de harina de fuerza.
• 200 gr. de agua templada
• 1/2 cucharadita de sal.
• 1 taquito de levadura fresca ( el equivalente en levadura seca son 8gr)
• 15 gr. de aceite de oliva.

Trucos:

1. Prepara la masa con antelación. Un buen levado de la masa es fundamental. para guiarnos, cada masa deberá doblar su tamaño.
2. La temperatura de la habitación influye en la masa. Lo ideal es una temperatura de 20-22º.
3. Cuando amasemos la masa, la aplastaremos con los nudillos, la retorceremos y volveremos a hacer una bola, así varias veces, para que nos quede lo más elástica posible.
4. Una vez reposada volveremos a amasarla varios minutos más para romper las burbujas de aire.
5. Si queremos que la masa nos quede crijuente y no se nos pegue a la piedra de hornear, la untaremos con un poco de tomate y la hornearemos a 200º unos 5 minutos previo a añadir el resto de los ingredientes.
6. El horno lo precalenteremos a 250º. 
7. Si nos sobra masa, lo podemos envolver en papel trasparente y congelarla, así la tendremos lista para la proxima vez que queramos cenar pizza.
8. Cómo veréis los ingredientes de todas las masas son básicamente los mismos, cambia la proporción de cada uno de ellos y ésto influye en la elasticidad de la masa su textura y su sabor. Ya me diréis cual os gusta más.

Pues aquí manda los gustos de cada cual y la imaginación para combinar sabores, pero yo personalmente creo que en pizzas menos es más. Yo os aconsejo una que he descubierto hace poco y que sólo lleva la base de tomate, mozarella fresca y mucha cebolla: riquíiiiiiisima.

Eso sí, los ingredientes deben ser de calidad y un buen tomate para la base es fundamental.

Bueno después de esta entrada quilométrica os dejo. Que tengáis un feliz viernes y por cierto esta noche es idela para cenar pizza!!

Besitos y como siempre cuidad a las abuelas porque sus fogones son el mejor calor al que podemos arrimarnos. Nos vemos.